Cuando tu hijo te pida golosinas para picar, ofrécele pipas de girasol. Además de evitar un aporte de azúcares innecesario, le ayudarás a mantener sanos y en forma sus músculos, reduciendo el riesgo de sufrir tirones y contracturas musculares. Las pipas de girasol son una muy rica fuente de potasio: 100 gramos proporcionan 850 miligramos de este mineral, cantidad similar a la de un plátano mediano o un plato de espinacas. Los niños necesitan a diario un aporte de potasio entre 3.800 miligramos/día (4-8 años) y 4.700 mg/día (14-18 años). Esta sal también contribuye al buen funcionamiento de su sistema cardiovascular y nervioso.
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