En primer lugar, hay que evitar lo que puede empeorarlo, por lo que no se deben usar cosméticos grasos, incluso en cremas limpiadoras o filtros solares. Los granitos no se deben apretar, ya que se puede extender la infección y dejar cicatrices. A pesar de lo que se suele creer, no hay pruebas de que ciertos alimentos sean perjudiciales, por lo que sólo hay que abstenerse de los que se observe de forma clara que lo empeoran. Deben usarse jabones azufrados y se aconseja someter la zona afectada a vapor de agua hirviendo con flores de manzanilla. Si los granitos tienen un poco de pus, es útil aplicarles una gota de elixir de amargo sueco. Se recomiendan infusiones con pie de león, flores de ortiga blanca y pensamiento silvestre. Y, sobre todo, hay que tener constancia en el tratamiento, ya que la mejoría es lenta.
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