Y después del co-washing (lavarse el cabello solo con acondicionador) y la revolución del no-poo (no lavarse el cabello), ha llegado la nueva tendencia del lavado del cabello que están recomendando todos los estilistas y peluqueros de Nueva York y que, adelantamos, es facilísimo de llevar a cabo.
¿Por qué deberíamos probarlo? A veces, a causa del calor o del estrés, nuestro cabello está más pesado, se ensucia más rápido o se apelmaza en cuestión de un par de horas. La solución no es dejar de utilizar un acondicionador o mascarilla: recuerda que necesitamos un producto que desenrede nuestro pelo y lo mantenga sano y bonito para que no se rompa ni se estropeen las puntas. Y ya lo dicen: a veces, las soluciones más efectivas son las más sencillas. ¿Por qué no cambiar el orden habitual de los productos?
Entonces, el lavado inverso consiste en… Sí, en alterar el orden de los productos con los que nos lavamos el cabello, empezando primero por el acondicionador o mascarilla y acabando por el champú.
¿Por qué funciona? La mayoría de nosotros, al enjuagarnos el cabello para retirar el acondicionador, no terminamos de eliminarlo por completo, por lo que suelen quedar restos de producto en el cuerpo cabelludo. Eso comporta que el cabello se engrase mucho más rápido y pierda su volumen natural. Convirtiendo el champú en el último paso para nuestra rutina, eliminaremos por completo los restos del acondicionador o mascarilla y nuestro pelo quedará exento de residuos grasos o restos de producto. El cabello estará limpio, de la raíz a las puntas y no se apelmazará en absoluto. ¡Y estará más sano y bonito! Que todas las neoyorkinas ya se hayan pasado al lavado inverso no es casualidad, ¿no crees?
¿Es para mí? Es una tendencia a la que podemos sumarnos todos ¡y más en verano! Eso sí, las que más lo agradecerán son los cabellos especialmente finos, grasos o con tendencia a apelmazarse.
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