Coincidiendo con esta etapa del desarrollo y la necesaria socialización que conlleva acudir al centro docente, las inquietudes de los niños y niñas se desvían hacia fuera del hogar, disminuyendo la dependencia emocional de sus padres. A continuación se destacan las características más importantes del desarrollo psicosocial en cada edad:
6 AÑOS
-Debe evitarse la sobrecarga de órdenes y peticiones. Al cansarse más, es más irritable. Reacciona de forma explosiva, sobre todo con la madre.
Generalmente muestran un carácter voluble, excitable, impulsivo y muy activo.
-El papel del padre es muy importante en esta fase. El niño o niña le admira y le encanta hacer algo en colaboración con él.
-No entiende que hayan otras cosas más importantes para los padres que pasar el tiempo con él o ella. Cuenta menos atención se les dedica, menos les apetece compartir sus juegos con los padres. Por esto es necesario dedicarles tiempo en exclusiva diariamente.
-Comienza a distinguir lo que está bien hecho y lo que no. Suele comunicar la maestra cualquier infracción cometida por sus compañeros. Lo hace para demostrar que conoce las normas de comportamiento.
-Muestran curiosidad por conocer las diferencias de los sexos. Les llama la atención jugar a “médicos” e ir juntos al baño con el otro sexo. Los padres deben comprender éste comportamiento e intentar solucionar los interrogantes que les sean planteados por sus hijos.
-Tienen consciencia de las muertes que ocurren a su alrededor. Se angustian por la idea de la desaparición de los padres.
7 AÑOS
-Se desarrollan las habilidades manuales, rítmicas y musicales. Es el momento de potenciar los juegos domésticos, los cooperativos y los que contienen normas.
-Gran actividad mental y capacidad para asumir ciertas responsabilidades.
-Su máxima preocupación son ellos mismos. Asumen un cierto grado de separación de la madre, aunque emocionalmente todavía dependen de ella. Establecen nuevos vínculos con el padre y otras personas.
-Tienen inseguridad y miedos (a enfermar, a morirse, a las peleas, a la oscuridad, a los ruidos). Los padres no deben considerarles “blandos” y disminuir su participación en las actividades competitivas. A veces son excesivamente habladores, síntoma de su inseguridad. Los padres pueden ayudarles a tener mayor confianza en sí mismos si les dedican todos los días algo de tiempo. Así, el niño o niña tendrán la certeza de que puede obtener su atención con regularidad.
-Dedican menos atención a los juegos sexuales, pero sí se interesan por el embarazo y los detalles de cómo nace el niño o niña. La información debe ser proporcionada por los padres de modo que no tengan que buscar otras vías.
8 AÑOS
-Los rasgos más característicos son: su velocidad (tiene prisa para todo), su expresividad (se relaciona fácilmente con todo el mundo) y su tendencia a valorar lo que le sucede.
-Es sensible a las críticas y las burlas, se siente defraudado y llora con facilidad, aunque reacciona con desafío ante un castigo.
-El trato que recibe de los padres debe ser consecuente: castigar cuando no lo ha merecido o tratar con afecto cuando se merecía una reprimenda, desorienta al niño o niña.
-Está superando los miedos, pero teme las peleas y se siente herido cuando le fallan los amigos.
9 AÑOS
-Es más responsable, más ambicioso en las exigencias para sí mismo, planifica sus actividades minuciosamente. Es muy sensible a las correcciones y a las injusticias.
-Se identifica con su propio sexo. Las niñas empiezan a presumir y se preocupan por su aspecto de peinado y vestido. Los niños, en contraste, desean no cambiar de ropa durante días o salir del cuarto de baño sin asearse adecuadamente.
-El niño comparte actividades e intereses con el padre y mantiene buena relación, siempre que respete su creciente madurez. Con la madre es afectuoso, pero no admite manifestaciones de cariño que le consideren como el niño pequeño que fue. La niña admira al padre y la relación con la madre se refuerza a través de las actividades que realizan juntas.
-Le gustan los chistes, que cuenta una y otra vez dando toda serie de explicaciones y aclaraciones. No suele llorar a menudo y contiene el llanto en público. El llanto excesivo debe alertar a los padres, siendo conveniente revisar su programa diario de actividades. También le preocupa su incapacidad por competir con sus compañeros en las tareas escolares y en los juegos.
-Muestra un gran interés por la sexualidad. Consulta libros, mira dibujos, busca información en la pandilla. Este es el momento que deben aprovechar padres y educadores para completar las informaciones más complicadas y corregir las falsas, hablando con naturalidad y utilizando los términos adecuados.
10, 11 AÑOS
-Le resulta fácil relacionarse con los demás y se muestra equilibrado y libre de tensiones. Cada vez es más independiente de los adultos.
-Es franco y decidido acometedor de las más variadas actividades.
-No suele enfadarse. Tiene gran sentido del humor, pero carece de gracia, es patoso.
-La relación con la madre es buena, pero se resisten a sus órdenes quejándose de que sea “machacona”. Se llevan bien con los padres y se sienten orgullosos. Pelean mucho con los hermanos pequeños, por celos ante los padres.
-Las tareas escolares les generan, en ocasiones, temores y preocupaciones.
-Distingue correctamente entre el bien y el mal y parece preocuparle más el mal que el bien. Ante cualquier falta que cometen otros, reacciona con expresiones de rectitud.
-Prefiere informarse sobre cuestiones de sexo a través de sus amigos o amigas. Los padres deben estar atentos para abordar las preguntas que preocupan al niño o niña.
CONSEJOS PARA LOS PADRES CON HIJOS EN ETAPA ESCOLAR
-Establecer un horario regular de hábitos de estudio, comidas, ocio y descanso desde el principio del año escolar.
-Evita sobrecargar al niño o niña con actividades innecesarias.
-No excusar las dificultades de la escuela y culpar de las mismas al maestro, ya que éste perderá autoridad y credibilidad ante el niño o niña.
-No ver en la ocasional desobediencia un reto a la autoridad paterna. La curiosidad y el placer de los hijos no siempre coinciden con los deseos de los padres.
-Las órdenes deben darse sin exigencias. Felicitar al niño o niña cuando obedezca.
-Se obtienen mejores resultados con una frase oportuna de elogio que con prohibiciones y castigos.
-No exigir al niño o niña más responsabilidad de la que puede asumir. Estar capacitado para ciertas tareas no significa que está preparado para responsabilizarse de su realización.
-Si el niño o niña no encuentra consideración a sus propios sentimientos, no tiene la oportunidad de aprender a considerar los sentimientos de los demás.
PREADOLESCENCIA
La preadolescencia se caracteriza por el crecimiento corporal acelerado y la expresión de los caracteres sexuales secundarios, debido a la influencia de las hormonas. Se hacen perceptibles las diferencias morfológicas propias de cada sexo. En esta etapa las chicas inician la pubertad antes que los chicos.
Los chicos y chicas crecen rápidamente en altura, mientras que su desarrollo emocional va más lento. Empiezan a aparecer patrones de conducta individual influidos por el entorno, por lo que es conveniente ofrecerles seguridad, aceptación y refuerzos que favorezcan la adquisición de habilidades sociales y el desarrollo de su personalidad. Esto se logra mediante la comprensión adecuada de los cambios físicos y psíquicos que se inician y su influencia en el comportamiento.
Durante la preadolescencia es normal que haya un rechazo temporal hacia los padres, para posteriormente volver a ellos cuando finalizan los cambios fisiológicos y psicológicos. Se produce una crisis en la comunicación y las relaciones entre padres e hijos que hace que los adolescentes busquen sus propias fuentes de información sobre determinados temas de su interés: los amigos y amigas, la televisión, el cine, la prensa, internet, etc… Muchas veces, la información que obtienen no es la adecuada, lo que da lugar a creencias falsas y mitos (por ejemplo: “es imposible quedar embarazada en la primera relación sexual”).
-El carácter se hace más difícil. Las relaciones interpersonales no son fáciles, por sistema se opone y critica todo y a todos. Sin embargo, no sabe aceptar una crítica.
-Muestran conductas vacilantes, tienen dificultades para la elección y para la decisión. Discute con la madre porque encuentra incorrectas sus acciones. La relación con el padre también sufre tensiones.
-Sabe cómo debe comportarse, pero es más leal a las opiniones del grupo de amigos que a las reglas de los adultos.
-Se inician los cambios físicos, que comparan con los compañeros valorando las diferencias. Las niñas suelen notar antes los primeros cambios hormonales.
-Tienen muchos temores y preocupaciones (estudios, éxito, imagen). Aunque puedan haber recibido información a través de amigos, padres y profesores, todavía tienen muchas dudas sobre su sexualidad.
SEXUALIDAD
El desarrollo emocional, igual que el físico, no es igual en todos los adolescentes. Lo mismo sucede con la vivencia de su propia sexualidad. Como en las otras etapas evolutivas, es importante que los padres y madres continúen resolviendo las dudas que sus hijos e hijas les plantean. En términos generales, deben entender la sexualidad como una dimensión personal que forma parte de cada individuo durante toda su vida, y cada fase de la misma puede vivirse y expresarse de forma diferente. La información sobre la sexualidad que debe transmitirse ha de ser referida a la experiencia y a la identidad propia de cada chico o chica. La capacidad para vivir la sexualidad de una manera positiva se basa en el autorrespeto y la autoestima.
Hay cuestiones que resultan de especial interés en esta etapa, en la que las manifestaciones de la sexualidad pueden hacerse más evidentes. Suprimir los mitos sobre la masturbación y aceptar ésta como algo natural fisiológico ayudará a evitar sentimientos de culpabilidad, contribuyendo al desarrollo de una sexualidad positiva.
Si bien es fundamental que los jóvenes dispongan de información adecuada, hay que tener en cuenta que la sexualidad es demasiado importante en el desarrollo de las personas como para limitarla a los problemas. A muchos jóvenes les irrita que les hablen de una sexualidad centrada en problemas, les molesta que les hagan preguntas o que les “sermoneen”. Los intereses de los adultos y los de los jóvenes no son los mismos y por eso es esencial saber escuchar y demostrar interés por su realidad.
CONSEJOS PARA LOS PADRES CON HIJOS EN LA ETAPA PREADOLESCENTE
-Los hijos han de participar activamente en su propia educación. Este método potencial el acercamiento racional y respetuoso entre padres e hijos. Los padres deben establecer con los hijos unas normas razonadas de comportamiento, siendo firmes en cuanto a su cumplimiento.
-Eliminar conductas y mensajes diferenciales de género, como aplicar normas, atribución de capacidades o habilidades diferentes a chicos y chicas.
-Respetar la importancia de su grupo de amigos, ya que esta etapa es para ellos un gran apoyo y refugio emocional a la hora de resolver los conflictos psicológicos que les genera la rebeldía frente a los padres.
-Respecto al desarrollo de la sexualidad, los padres deben ofrecer información y establecer el diálogo con los hijos, sabiendo respetar su intimidad. En esta etapa sexualidad e independencia se refuerzan mutuamente y es normal que busquen otros interlocutores.
-Es necesario que exista coherencia entre las acciones y el comportamiento de los padres y las normas que sobre esas mismas acciones se han establecido en la familia. Si no se respeta la coherencia será muy difícil mantener el principio de autoridad paterna sobre los hijos.
-Educar a los hijos con naturalidad, desde la propia identidad, ideas y vivencias. No dudar en buscar asesoramiento profesional (sanitarios, profesores, orientadores, etc.) si una situación desborda la capacidad de los padres, les produce conflicto o son incapaces de afrontarla.
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