Si el cardiólogo ha descartado cualquier dolencia, hay que tranquilizarse. Es conveniente no tomar café, refrescos con cafeína, té, alcohol, tabaco y evitar las comidas copiosas y flatulentas. Si, a pesar de todo, nos angustia, se pueden templar los nervios con infusiones de tila o valeriana.
Cuando son seguidas, es recomendable tomar 20 gotas de una mezcla de extracto de melisa, con tinturas de valeriana, menta y espino blanco (una fórmula que te pueden preparar en farmacias especializadas o herboristerías). Si las palpitaciones son por aceleración del corazón, pueden frenarse respirando hondo, reteniendo el aire y, con la boca cerrada, hacer fuerza como para evacuar.
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