No se ha demostrado que los descansos de la píldora disminuyan la aparición de sus efectos secundarios y no es raro que, al hacerlos, se produzca un embarazo no deseado. Por ello, no se recomiendan; pero, cada 6 o 12 meses, se deben hacer unos análisis de sangre y un examen de la matriz y de las mamas. Y si se detecta alguna alteración, puede ser conveniente dejar la píldora definitivamente.
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