Símbolo de fecundidad y de vigor sexual, esta fruta es un yacimiento de manganeso, un mineral que enciende la mecha del deseo. La mejor forma de degustar las fresas es troceándolas, espolvoreándolas con azúcar moreno y agregando zumo de limón. El jugo de este cítrico, además de infundir energía y de despertar la libido gracias a su generoso contenido en vitamina C, potencia el sabor de las fresas.
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