Si el niño no tiene ninguna otra deformidad en los pies, en primer lugar, hay que señalar que hasta los 4 años es normal que los tenga planos. Esto se debe a que los ligamentos aún no son lo bastante fuertes, y a una acumulación de grasa en las plantas de los pies, que da esta falsa impresión. A partir de esa edad, generalmente se consulta porque se observa que toda la parte interna del pie se apoya completamente en el suelo, sin dejar ningún hueco; gasta más el talón del calzado por la parte de dentro; anda mal y se cae con facilidad. Sin embargo, es muy raro que se queje de dolores. Un método sencillo que indica que el pie plano es flexible y, por lo tanto, no tiene importancia, es observar que el pie deja de ser plano cuando el niño se pone de puntillas o, bien, cuando se le dobla el dedo gordo hacia arriba.
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