El olor desagradable que pueden producir los pies es debido a que algunos microbios, normalmente presentes en la piel, descomponen el sudor. Para evitarlo:
-Lavarse los pies dos veces al día con un gel o jabón que contenga un desinfectante, que encontraremos en la farmacia, y al secarlos procurar que no quede humedad, especialmente entre los dedos, pues favorece el desarrollo de los microbios.
-Para controlar el exceso de sudoración, se debe aplicar un antitranspirante, siendo los más eficaces los que contienen sales de aluminio.
-No usar calcetines o medias de fibra artificiales.
-Usar calzado ligero, lo menos cerrado posible y con suela de cuero. Es conveniente no usarlo durante varios días seguidos y espolvorear su interior con polvos de talco o, mejor, con algún producto contra los hongos.
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