Si se está seguro de que es una mancha de sangre, no hay que hacer nada, pues no tiene importancia y desaparecerá sola. Se conoce que lo es por su aspecto, sus contornos bien limitados y porque, al contrario que las inflamaciones, no produce ninguna molestia. Puede surgir al toser, estornudar, andar contra el viento o frotarse los ojos. Pero, si se repite con frecuencia, es mejor hacer un análisis.
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