Al estudiar la eficacia de las píldoras, se acostumbra a indicar la que debería ser en teoría y la que resulta ser en la práctica. La diferencia entre las dos puede ser por fallo de la asimilación de la píldora por características propias de la mujer, olvido de alguna toma, presencia de vómitos o diarrea, o por tomar medicamentos que disminuyen su eficacia. Hay dos tipos principales de píldoras: unas están compuestas por estrógenos y progestágenos, y las otras sólo por estos últimos. La eficacia de las primeras es del 100% al 98% y la de las segundas, del 99´5% al 94%. Frente a otros anticonceptivos, las píldoras tienen la ventaja de su gran eficacia y comodidad; y los inconvenientes de tener algunas contraindicaciones, efectos secundarios y no impedir el contagio de las enfermedades de transmisión sexual.
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