La compañía británica Edible Anus presenta sus bombones que copian a la perfección cada recoveco de tu ano como 'Great Gift Ideas', ideas perfectas para regalo, ¿o acaso se te ocurre algo mejor para regalarle a tu suegra el día de su cumpleaños?
De sobras es sabido que si hay algo que no nos gusta en Cocinatis es ponernos soeces, pero también lo es que nuestro deseo es ir siempre en pos de la última rareza gastronómica, de las curiosidades más surrealistas, en definitiva, de lo que se está cociendo en el mundo en materia de comida. Y este espíritu intrépido nos ha llevado a dar con la empresa Edible Anus, una compañía con sede en Gran Bretaña pero que importa a medio mundo que ha hecho del ano su razón de ser y elabora una serie de merchandising que rinde homenaje a esta parte del cuerpo.
La filosofía de Edible Anus está clara, y así lo expresan en su página web: LOVE THE ANUS, una parte del cuerpo que, aseguran, pese a ser profusamente utilizada para las más diversas tareas, vive en una especie de pseudoclandestinidad, especialmente en ciertos colectivos, que conviene aniquiliar si nos vanagloriamos de ser personas transgresoras y comprometidas.
Existe diversas maneras de otorgar mayor proyección social al ano, si es que nos comprometemos con la causa. Podemos comprar cajas de bombones con la forma de esta parte del cuerpo y ponerlas en nuestra mesa de centro, con lo que estaremos normalizando su presencia en nuestras vidas, gritando al mundo que el ano existe y tiene una serie de arrugas y recovecos que pueden llegar incluso a ser arte. Otra posibilidad, pero eso ya requiere una mayor inversión, es que nos tomen la medida de nuestro propio ano y nos elaboren unos bombones absolutamente personalizados, que recreen al detalle ese agujero de nuestro cuerpo a menudo eclipsado por otros mucho menos interesantes, asegura su creador Marcus Irvin.
De hecho, Irvin es un artista londinense que creó su primer bombón para una exposición, y el éxito de la criatura fue tal que le llevó a asociarse con Mr. Ritzema, con quien ha ampliado el imperio y ha creado toda una serie de merchandising con el ano como leit motiv, desde unas flamantes camisetas que rezan "Anus" hasta anillos o tazas, todos ellos con sus correspondientes arruguitas perfectamente impresas.
Esta historia nos lleva a preguntarnos si el ano estándar, ese ano globalizado que tiene el honor de hallarse en el molde cuyas réplicas han recorrido medio mundo pertenece al inventor de la idea. La respuesta es no. Al parecer, Irvin, empecinado en recrear su propio ano, se tuvo que enfrentar a una serie de problemas logísticos que nos será muy fácil imaginar si tratamos de visualizar la situación, para poder sacar el molde de su propio ano. Contrariado, parece ser que vivió una crisis creativa en el interior de un autobús, que le llevó a explicar sus vicisitudes al pasajero de al lado, un completo desconocido quien, no obstante, no dudó en prestar su ano a la causa.
Y es que aún hay gente buena en el mundo, concretamente un señor londinense que nunca hubiese imaginado antes de coger ese autobús que su ano no sólo iba a protagonizar en forma de bombones las mesitas de centro de muchos hogares, sino que iba a contribuir a iniciar una campaña mundial para la dignificación de un orificio corporal a menudo eclipsado por otros que solemos considerar mucho más importantes. Y que su ano globalizado, ese ano mundial, iba a ser, aseguran sus creadores, el principio de la lucha contra los prejuicios sexuales y culturales que durante siglos han relegado al ano a un papel subsidiario en la sociedad, por supuesto absolutamente inmerecido.
Cabe destacar que los bombones se manufacturan íntegramente en Gran Bretaña con delicioso chocolate belga y que por cinco cajas de tres bombones cada una pagaremos algo menos de 30 €. Eso siempre que no te quieras comprar el año de bronce, que cuesta algo más de 200 € o de plata, por el que pagaremos más de 300 €.
Como era de esperar, otras partes del cuerpo también denostadas a lo largo de la historia, que también han sufrido en sus propias carnes la tradicional hegemonía de los genitales masculinos en su conjunto, tienen su lugar en Edible Anus: ahora también tienen chocolates en forma de vagina y algunas piezas como las toallas que rezán "Cunface".
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